(Publicado en el espacio Opinión Pública de Última Hora el vienes 17 de septiembre)
Cuanto uno sale a caminar por los barrios de Asunción debe ser conciente de que le puede ocurrir cualquier cosa.
Es así que usted puede ser víctima de un asalto, o bien le puede morder un perro suelto. Se lo puede apuñalar o disparar. Puede ser víctima de una garroteada, le pueden pegar con un palo, con un hierro, tirar un cascote. Un auto o una moto lo puede atropellar en la calzada, o peor, en la vereda. Le puede caer un ladrillo de una construcción en la cabeza, o una fruta de un árbol y lo noquee. Lo pueden escupir. Lo pueden mojar con la manguera. Puede ocurrir que lo insulten. Que le brinden una bofetada. Que le reclamen lo adeudado hace ya mucho tiempo, que llueva y se moje o le caiga granizo por la cabeza, etc., etc. Todos estamos expuestos, en un gran porcentaje, a que nos ocurra algo de esto.
Pero lo que nunca, pero nunca uno se podría imaginar es que le rompan la cabeza en la calle con un ¡¡TELEVISOR!! Si señores, y no cayó de un segundo piso ni nada por el estilo.
Mi amigo Roberto iba caminando con Pedro y se dirigían a la casa de Ramiro. Ya estaban en la entrada esperando a que se los atienda cuando se percatan que un hombre viene hacia ellos con un monitor de TV en el hombro. No hay nada raro en eso. Pero vaya sorpresa que se dieron cuando el personaje se abalanzó en pasos alargados y prooff!!! ¡¡El televisor por la cabeza de Roberto!! ¡¿Cómo te van a pegar con un televisor?! En segundos salen Ramiro y Yoyin y entre todos se preparaban para propinarle una paliza monumental al desquiciado ese. Grande fue la sorpresa cuando se dieron cuenta de que era un loco que vive por la zona. Su calidad de demente le salvó de una garroteada jefe. En fin. Roberto terminó luego en emergencias médicas por un corte en la frente. Menos mal el aparato explotó al caer al suelo y no por su cabeza. Eso te pasa mi cuate por no usar casco para salir a caminar, ni se te ocurra salir en días de tormentas eléctricas.
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