Ir al contenido principal

Kamikazes en Paraguay


(Publicado en el espacio de Opinión Pública del diario Última Hora el martes 12 de abril del 2011)
Tiemblan los peatones. Si pensábamos que los kamikazes se extinguieron con la segunda guerra mundial y que éstos solo se encontraban a bordo de aviones Mitsubishi A6M3 "Zero" con cientos de bombas para explotar al estrellarse, estamos equivocados. Absolutamente. Ahora rondan por Paraguay. Están en Asunción, alrrededores y en ciudades del interior, en colectivos, algunos en taxis y otros en motocicletas.


Estos intrépidos conductores son bombas en sí mismos. Todo es a la suerte. Que un colectivo de 20 años de antigüedad, oxidado desde el caño de escape hasta la palanca de cambios circule tranquilamente por la capital o que una bala humana sobre dos ruedas tenga complejo de corredor de pistas, es digno de suicidas.

¡Mantenga los cinco sentidos atentos! No sea que por caminar en la vereda de la ciudad sea víctima del quiebre de dirección o de los frenos, o que una cubierta “pelada” se pinche, o quizás culpa del chofer, que mientras conduce, esquiva un bache, te cobra el pasaje y da el vuelto respondiendo un mensaje con el celular, toma un sorbo de tereré, y al fin, se termine estrellando por usted, su coche, su negocio, su casa.

Manejar en este país es un arte. Cada uno se sumerge en su propio mundo, encerrado, sobre ruedas. La regla es que no hay reglas. La ley de la selva rige en las calles. No importa los que están afuera caminando o conduciendo. Cada uno en su propio mundo, no existen los demás. Las señales no son normas, son adornos. Para qué prestarle atención a los adornos? Pero volvamos a los kamikazes.

Paraguay fabrica sus propias bombas humanas. El alcohol es el complemento infaltable. Si no toma, usted es el inconciente, se lo mira raro, se duda de su sexualidad, lo hacen a un lado y lo tildan de tonto. Los biciclos a bajo costo están al acance de todos. Pero la prudencia no. La racionalidad tampoco. Salen y se meten por doquier. Todos los días hay accidentes con motociclistas involucrados. Claro, siempre existen las excepciones de aquellos que intentan no firletear con el peligro.

Pero de algo que no puede haber excepciones es en la seguridad del ciudadano ¡Es inaudito que se aprueben leyes que permitan transportes públicos chatarras! Además del nulo control de la velocidad en las calles. Subirse a la línea 27 u 11 “Areguá” es como aventurarse a una montaña rusa: te sujetas fuerte, atajas la respiración y sientes que algo, como un escalofrío algo menos intenso, recorre tu cuerpo, todo a 80 o 100 km/h en plena urbanización céntrica. Las carreras de colectivos están a la orden del día.

Crea en la suerte. Ni se le ocurra ser racional. El congreso sabe lo que hace al aprobar esta clase de leyes. Ahora se suman los taxis chatarras, no hace falta verificar sus vehículos, los excluyen del control por este año. Chatarras legalizadas. El peligro asecha a toda hora.

Un periodista holandés decía que los los paraguayos tenemos un desprecio a la vida. Que tonteamos con la muerte todos los días. Es cierto. Hoy no estamos seguros, ni en la calle, ni en el auto, ni en las casas. Y las motos, colectivos y taxis chatarra amagando apretar el botón de autodestrucción día a día. Felices los que contamos con buenaventura, hasta ahora... ¡Viva la suerte!.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Prensa amiga, prensa enemiga.

(Publicado en el espacio Opinión Pública de Última Hora el miércoles 26 de mayo de 2010) Si comenzamos generalizando que los medios de prensa nos mienten caemos en el primer error. Pero si decimos que todos dicen siempre la verdad, estaríamos cometiendo el mismo desacierto.

Por que Si

En el referéndum para la enmienda constitucional del Art. 120, que consistía en preguntar si los compatriotas que viven en el extranjero pueden o no votar, voté por el “Si” por varias razones.